Acababa de ser padre y soñaba con volver a los escenarios, José Vásquez Montero, conocido como Pepe Vásquez, promotor y voz prodigio del criollismo, falleció a los 52 años, tras padecer de un fuerte cuadro de septicemia. El Hospital Edgardo Rebagliati, donde en varias ocasiones el músico llegó por presentar problemas de salud, fue el recinto donde se apagó su voz.
Las esperanzas se fueron perdiendo, sobre todo -cuando luego de anunciar su ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos- el propio Armando Massé informó que solo un milagro salvaría la vida del heredero de Porfirio Vásquez Aparicio, quien lo vio nacer el 25 de noviembre de 1961.
Además de llevar las raíces del pueblo de Aucallama en Huaral por parte de su padre, Pepe era hijo de Elia Montero de la Colina, nacida en el pueblo de San Luis de Cañete, donde su familia sobresalía por difundir y enaltecer la cultura afroperuana.
Desde los cinco años, Vásquez mostró interés por la música a través de la interpretación de canciones populares y la habilidad para tocar la guitarra, haciendo honor a aquella frase que dice “lo que se hereda no se hurta”.
Así pues, el pequeño Pepe fue destacando en las actuaciones de su colegio, donde no dejaba de sorprender por su talento y carisma con el público.
Su carrera profesional alzó vuelo con un tema que lanzó en los ochenta y se convirtió en su himno, el ‘Jipy Jay’, canción que toma el ritmo de una producción norteamericana, aunque con una letra que refleja la esperanza del reencuentro entre dos o más personas que se separan.
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