La Contraloría General de la República acaba de dar una estocada
fulminante a Javier Alvarado, y a sus funcionarios implicados en 15 denuncias
puntuales, estos no necesitaran de banderilleros que los canse al final de este
que podría ser el último ruedo del ladrón de Lunahuana.
Lo cierto es que muy temprano llegaron y no los dejaron ingresar. En
el colmo de los colmos y por orden del “número uno”, les impidieron el ingreso
a los funcionarios de la Contraloría General de la Republica, hostigándolos y
dejándolos fuera de la sede regional.
Estos ni cortos ni perezosos fueron a denunciar al Ministerio Publico,
siendo recibidos por el Fiscal Marlon Calle, quien increíblemente también, no
les quiso recibir la denuncia. ¿watts?
Ante la insistencia de los funcionarios de la Contraloría, no le quedó
otra salida al quedar expuesto, al fiscal Calle que llamar al gerente general
Luis Fernández Estrella, quien hipócritamente se disculpó y obviamente dijo que
no sabía nada, invitándolos a la sede regional.
Después de estos incidentes que grafican la incomodidad y el miedo de
Alvarado y sus funcionarios, a estos no les quedo otra salida, que instalar a
los funcionarios de la Contraloría que vienen con la orden directa de
investigar las denuncias de corrupción, en la que si hay justicia emitir un
informe contundente para que Alvarado y su banda sean sancionados como
corresponde.
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