En una multitudinaria ceremonia en la playa Copacabana, el papa Francisco cerró su visita a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud.
"Vayan, no tengan miedo y sirvan", dijo el Papa a sus fieles congregados este domingo.
Peregrinos católicos del mundo viajaron a Brasil para la semana de celebraciones y para ver al pontífice, cuya visita fue un respiro de aire fresco para una Iglesia que ha lidiado en años recientes con escándalos.
La oficina del alcalde en Río de Janeiro indicó que la estimación del total de asistentes a la oración de vigilia de este sábado podría alcanzar los tres millones. Este domingo, el Vaticano estimó el aforo a la misa final en tres millones de fieles, citando autoridades civiles.
Tomas de helicóptero mostraron multitudes de personas hombro con hombro a lo largo de casi cinco kilómetros, en las playas y las calles donde los peregrinos han acampado.
Durante su homilía, el Papa exhortó a la multitud a compartir su fe. “La experiencia de este encuentro no debe permanecer en su vida o en el pequeño grupo de su parroquia, su movimiento o su comunidad”, dijo.
“No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cada área de la vida, a los márgenes de la sociedad, incluso a aquellos que parezcan más lejanos, más indiferentes”, añadió.
En su despedida, Francisco les pidió a los jóvenes que recen por él.
"Esta no es una celebración de despedida, sino de comienzo de una misión", dijo Orani Tempesta, arzobispo de Río, durante la llamada Misa de Envío. Se estima que alrededor de 3 millones de personas asistieron a la ceremonia.
La próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Cracovia, Polonia, en 2016, anunció el papa Francisco. El beato Juan Pablo II fue arzobispo de Cracovia.
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